La Saga de Fénix Oscura es, sin lugar a dudas, uno de los puntos álgidos de Marvel y una de las historias más importantes del mundo del cómic.
Los autores de la misma, Chris Claremont y John Byrne, crearon una gran saga cósmica repleta de acción, sorpresas y drama que cambió a los X-Men para siempre y convirtió a la colección en uno de los títulos más populares de la historia.
¿Qué es realmente la Fuerza Fénix y cuál es su relación con Jean Grey? A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber sobre una de las mayores amenazas del Universo Marvel.
Qué es la Fuerza Fénix
La Fuerza Fénix es una manifestación de la fuerza primordial del universo derivada de las psiques de todos los seres vivos y con un poder ilimitado que la convierte en nexo y ancla de toda la fuerza psiónica de todas las realidades del multiverso.
Esta entidad conceptual de energía pura no posee una forma específica, sino que tiende a adoptar un aspecto que pueda ser asimilado por las criaturas que la observan cuando desea ser vista. Sin embargo, su aspecto suele parecerse al de una enorme ave llameante.
La Fuerza Fénix encarna las emociones por encima del intelecto, o mejor dicho, la pasión de crear o destruir. Como entidad cósmica sus poderes son prácticamente ilimitados, siendo capaz de destruir estrellas e incluso galaxias enteras, lo que le convierte en uno de los seres más temidos de todo el universo.
Puede viajar a cualquier lugar en cualquier momento en cualquier plano de la existencia creando una singularidad cuántica, es decir, plegando el tiempo y el espacio y teletransportándose a cualquier lugar que elija.
Su verdadero propósito es mantener la integridad del multiverso, lo que se conoce como “El Juicio del Fénix”. El universo y todos los seres vivientes que forman parte de él deben ser juzgados ocasionalmente para asegurar que todos sepan qué lugar ocupan dentro del mismo. En este ciclo de creación y destrucción, el Fénix posee el poder tanto de regenerar como de destruir cualquier parte del universo, en su afán de eliminar lo que considera obsoleto o caduco y dejar espacio para lo nuevo.
Como entidad inmortal y fuerza primordial universal de la vida (actual y futura), existirá para siempre en todas las realidades del omniverso. También es la Guardiana de la Creación y custodia el Cristal M’Kraan del Imperio Shi’Ar.
En ocasiones, ha elegido un anfitrión humano para vivir dentro de él o ella. Aunque ha tenido varios, el avatar más conocido (y el que más veces lo ha sido) es la poderosa mutante conocida como Jean Grey. Pero no ha sido la única, ni mucho menos. Eso sí, a pesar de su especial predilección por vincularse a mutantes psíquicos extremadamente poderosos, si un humano se convierte en avatar de la Fuerza Fénix recibirá un asombroso aumento de poder e increíbles habilidades psiónicas.
Hace aproximadamente un millón de años, durante la Edad de Piedra, la Fuerza Fénix tomó posesión de una mujer terrícola y formó parte de un grupo de seres superpoderosos que defendían la Tierra de todo tipo de amenazas.
Este equipo, considerado como los primeros Vengadores de todos los tiempos, estaba formado por Agamotto, Black Panther, Ghost Rider, Iron Fist, Starbrand, Odín y Lady Fénix, muchos de ellos versiones primigenias de los héroes que harían famoso su nombre. Su primera aparición fue en Marvel Legacy vol. 1 #1 (2017).
Estos Vengadores del 1.000.000 a.C. se reunieron por primera vez en los albores de la raza humana para matar a El Caído, un Celestial loco que amenazaba con destruir la Tierra.
Durante esa época, Odín Borson (padre de Thor) tuvo un breve pero intenso romance con la Fuerza Fénix, encarnada en la mujer humana primitiva que sirvió como primer avatar del poderosa ente cósmico, la cual disfrutaba burlándose de las dificultades del dios asgardiano para controlar a un recién forjado Mjolnir.
Aunque sobrevivió durante más tiempo que cualquiera de sus compañeros (a excepción del padre de Thor), dejó de ser el avatar del Fénix en un período de tiempo desconocido y finalmente murió, conservándose su esencia dentro de la Sala Blanca, un reino que sirve como “más allá” y base de operaciones de la Fuerza Fénix, además de ser un nexo entre todos sus anfitriones pasados y futuros.
Este reino descanso y contemplación, desde donde se percibe toda la creación como un gran y complejo tapiz, también se encuentra dentro del Cristal M’Krann, que es un nexo de realidades y contiene una galaxia de neutrones.
A pesar de ser prácticamente imparable, la Fuerza Fénix ha sido derrotada e incluso destruida en múltiples ocasiones. Cada vez que esto sucede, el Fénix encuentra la manera de renacer, mediante un huevo cósmico que le permita renacer de sus cenizas y emerger completamente formada y con más poder que nunca.
Su nombre y la apariencia de pájaro se inspiran claramente en el ave de la mitología grecorromana, símbolo de la inmortalidad, la renovación, la reencarnación y la resurrección. Cuando su longevo ciclo vital llega a su fin, el ave fénix muere en un espectáculo de llamas y combustión, tan sólo para que una nueva y renacida versión se levante de las cenizas de su predecesora.
El nacimiento de Fénix
Jean Grey fue uno de los miembros fundadores de los X-Men junto a Cíclope, el Ángel, la Bestia y el Hombre de Hielo. Su debut se remonta al primer número de la colección de los mutantes, X-Men vol. 1 #1 (1963), obra de Stan Lee y Jack Kirby. Al igual que Susan Storm en Los 4 Fantásticos, Jean Grey, cuyo nombre en clave era Marvel Girl, era la única mujer en el equipo y, aparentemente, uno de los eslabones más débiles.
El detonante del regreso de la Fuerza Fénix a la tierra vino dado por el despertar de los poderes mutantes de la hija menor de John y Elaine Grey. Cuando tan sólo tenía 10 años, Jean vinculó telepáticamente su mente a la de su amiga Annie Richardson tras sufrir ésta un grave accidente, experimentando de esta forma sus últimos pensamientos antes de su muerte en un intento desesperado de ayudar a su amiga dándole consuelo en sus postreros momentos.
El tremendo shock despertó sus habilidades psíquicas y Jean quedó profundamente traumatizada. Fue en ese preciso instante cuando la Fuerza sintió en toda su plenitud la mente de un ser humano que trascendía el mero reino físico y albergaba en su interior el potencial para convertirse en su receptáculo. Sintiendo algo parecido a una intensa relación de afinidad y parentesco, decidió mantener desde ese momento una estrecha vigilancia sobre la joven mutante.
Profundamente deprimida y aislada del resto del mundo, Jean se sentía incapaz de controlar sus habilidades telepáticas recién despiertas. Con 11 años, Charles Xavier se ofreció a tratar a la niña por consejo de un psiquiatra amigo de sus padres. El Profesor Xavier le enseñó a desarrollar sus poderes telequinéticos, pero ante la aparición de un pequeño vestigio del Fénix, el poderoso telépata decidió levantar escudos psíquicos dentro de la mente de Jean para evitar que la joven usara el pleno potencial de sus habilidades mutantes hasta que no tuviese la madurez necesaria y estuviese preparada para ello.
Cuando el Profesor X consideró que Jean había alcanzado la madurez de sus poderes, recomendó a sus padres que la inscribieran en su peculiar escuela para jóvenes con dones especiales: el instituto Xavier para Jóvenes Talentos, en el condado de Westchester, Nueva York, donde se convertiría en un miembro fundador de los X-Men y aprendería a desarrollar sus poderes.
Durante aquellos primeros tiempos, Jean se convirtió en el interés romántico de Warren Worthington III (Ángel), aunque acabó desarrollando una atracción especial por el tímido e innacesible Scott Summers, más conocido como Cíclope.
Años después, Jean y el resto de los miembros de los X-Men fueron secuestrados por Steven Lang, un científico que pretendía destruir a los mutantes y creador de los temibles Centinelas. Tras derrotar a Lang, el equipo escapó a bordo de un transbordador espacial, pero durante su entrada en la atmósfera terrestre la nave se vio sacudida por una tormenta cósmica de inusitada intensidad.
Jean se ofreció voluntaria para pilotarla, ya que sus poderes telequinéticos le ofrecían mayores posibilidades de supervivencia, pero la radiación demostró ser demasiado elevada y la fue matando lenta y dolorosamente. En ese momento, su mente pidió ayuda y la Fuerza Fénix respondió a sus llamadas telepáticas de auxilio, apareciéndose ante ella y adoptando su forma física.
Jean deseaba desesperadamente salvar sus compañeros y al hombre que amaba y tras aferrarse al brazo que le tendió la Fuerza Fénix, cayó en un estado de coma. Al mismo tiempo, y tras absorber una parte de su conciencia, la Fuerza Fénix tomó la forma, los recuerdos y la personalidad de Jean Grey, utilizando también sus poderes para que el grupo de mutantes sobreviviera al estrellarse en la Bahía de Jamaica, frente a la ciudad de Nueva York.
¿Pero qué había sucedido realmente? Como se reveló muchos años después, la Fuerza Fénix dejó a Jean en un estado de animación suspendida mientras se curaban sus heridas y la encerró dentro de una especie de capullo regenerativo que permaneció durante años en el fondo de la bahía.
Con el cuerpo duplicado de la joven mutante y todos sus recuerdos y una parte de su conciencia, ocupó el lugar de Jean Grey dentro de los X-Men, adoptando el nombre de Fénix en honor a su nueva y mejorada escala de poder.
Este momento clave de la historia de los X-Men y de Marvel se narró en el ya mítico Uncanny X-Men vol. 1 #101 (1976), obra de Chris Claremont y Dave Cockrum. Son ya legendarias las palabras que exclama el personaje al salir convertida en Fénix del fondo del lago:
¡Escuchadme, X-Men! ¡Ya no soy la mujer que conocisteis! ¡Soy fuego! ¡Y vida encarnada! Ahora y por siempre… ¡soy Fénix!
Poco después, la Patrulla-X viajó a un planeta del Imperio Shi’ar, donde el Emperador D’ken pretendía utilizar el cristal M’krann para hacerse con el control del cosmos. Dentro del cristal se encontraba, atrapada en un campo magnético de éxtasis y reducido al tamaño de la cabeza de una aguja, una especie de galaxia de neutrones. Si el cristal se rompía, el universo entero corría un peligro mortal.
Cuando D’Ken desató el proceso destructivo, el Cristal fue dañado y la galaxia de neutrones de su interior amenazó con invadir y destruir el universo. Fue entonces cuando Fénix, utilizando su inmenso poder para fundirse con la galaxia, la obligó a retroceder, entrando después en el cristal para reparar el campo de éxtasis y salvar así al universo entero.
Fue en ese momento cuando todos se percataron de su tremendo poder y lo peligroso que sería que se hiciese demasiado fuerte para ser controlado. Tras ser estudiada por la Dra. Moira MacTaggert en el Centro de Investigación de Mutantes en la Isla Muir, la propia Jean (o las partes de su conciencia que residían dentro de Fénix) se autoimpuso subconscientemente bloqueos mentales psiónicos que le impedían desencadenar su poder en toda su plenitud.
Lo que nadie sabía en aquel momento era que Jason Wyngarde, el malvado mutante conocido como Mente Maestra, estaba utilizando sus ilusiones y manipulaciones mentales para entrar en la mente de Fénix, trasportándola a escenarios irreales de la nobleza del siglo XVIII, con la intención de hacerla perder la cordura y convertirla en una aliada del Club Fuego Infernal.
La Saga de Fénix Oscura
Las perversas manipulaciones de Mente Maestra, que estaba intentando probar que era digno de pertenecer al exclusivo Círculo Interno del Club Fuego Infernal, pasaban por hacer creer a la joven que era Lady Grey, una sensual aristócrata y su amante del siglo XVIII.
Para ello, proyectaba fantasías en la mente de Jean sacando a relucir su parte oscura encerrada en lo más profundo de su subconsciente, ayudado por un aparato psiónico creado por Emma Frost, por aquel entonces Reina Blanca del Club.
Fénix acabó uniéndose al Club como su Reina Negra, entregándose al disfrute de la sensualidad y sexualidad que había reprimido durante tantos años.
Tan sólo la demostración del verdadero amor de Scott consiguió sacarla de su estado ilusorio y, como venganza, indujo temporalmente un estado de locura en Mente Maestra.
Sin embargo, su recién despierto lado oscuro fue adquiriendo cada vez más fuerza. llegando hasta un punto de no retorno. Dejándose llevar por su impulso innato de destrucción y con el juicio nublado por las emociones humanas que acababa de vivenciar tan crudamente, la verdadera personalidad del ente cósmico se impuso sobre los valores de Jean y Fénix se convirtió en la malévola Fénix Oscura.
Mientras Fénix representaba la luz y la vida del universo, Fénix Oscura encarnaba el poder absoluto y la destrucción. Sin las ataduras morales de Jean Grey para guiar sus actos y con las barreras psíquicas y emocionales que mantenían a raya su inmenso poder cósmico totalmente derribadas, la supermutante de nivel omega se convirtió en un ser imparable. Como dice el conocido aforismo: “El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”.
Totalmente incontrolable al no estar atada por una conciencia humana y con una terrible ansia de destrucción, Fénix regresó al espacio bajo su verdadera forma de pájaro, atrayendo con su fuego la atención de todas las entidades más poderosas del universo (como la Eternidad) y de otros héroes como Silver Surfer, los 4 Fantásticos y Spider-Man, que presintieron de alguna forma el nacimiento de la malvada entidad.
Para saciar su hambre de energía (debido a las limitaciones de su forma física), voló a una galaxia distante y devoró a la estrella del sistema D’bari, originándose en el proceso una supernova que mató a miles de millones de personas inocentes. La raza de los D’Bari fue trágicamente diezmada, sobreviviendo tan sólo un puñado de miembros que en aquel momento se encontraban en el espacio fuera del planeta.
Después, destruyó una nave shi’ar que pretendía castigarla por el terrible genocidio que había causado. Tras regresar a la Tierra, se enfrentó a los X-Men, pero el Profesor X consiguió reconstruir los bloqueos psíquicos que impedían emerger la personalidad corrupta de la que creían que era Jean Grey y Cíclope acabó pidiendo matrimonio a su amor.
Sin embargo, la Emperatriz Shi’ar, Lilandra Neramani, había convocado un consejo intergaláctico que incluía a los imperios Kree y Skrull, el cual llegó a la conclusión de que, para que el resto del universo viviera, Fénix Oscura debía morir.
Tras teletransportar a los X-Men a bordo de su buque insignia, Lilandra anunció la sentencia mortal, pero Charles Xavier intervino y desafió a su amante a Arin’n Haelar, un duelo de honor de los shi’ar que no puede ser rechazado. El Profesor X nombró a los Hombres y Mujeres-X como sus campeones en el duelo, mientras que Lilandra eligió a su Guardia Imperial.
Durante este duelo en el Área Azul de la Luna, Fénix volvió a revertir en Fénix Oscura tras ver cómo su amado Scott caía derrotado en la batalla con la Guardia Imperial. Sintiendo cómo la oscuridad crecía nuevamente en su interior, y ante la amenaza de abrir el Cristal M’krann y destruir el Universo entero, la joven tomó entonces una decisión valiente y heroica.
En un final de infarto, la consciencia de Jean Grey se hizo por un breve lapso de tiempo con el control de la Fuerza Fénix y manipuló telequinéticamente un cañón de energía kree enterrado en las ruinas lunares que destruyó su forma física, sucididándose ante la atónita mirada de su prometido. Todos los presentes pensaron que quien moría era la verdadera Jean Grey… aunque nosotros sabemos que no.
La muerte de Fénix supuso el comienzo de una etapa dorada para los X-Men, que se convirtió desde entonces y durante muchos años, en la colección mimada de Marvel, aquella que tenía el beneplácito de crítica y público y donde tenías la sensación de que podía suceder cualquier cosa.
Las muchas muertes (y resurrecciones) de Jean Grey
El final de La saga de Fénix Oscura que vio la luz en el mítico Uncanny X-Men vol. 1 #137 (1980) fue extremadamente controvertido en el momento de su publicación.
Sin embargo, los planes iniciales de los autores consistían en que a Jean le fueran borrados todos los recuerdos y la fuerza Fénix fuese encerrada para siempre (o hasta nuevo aviso). Sin la entidad cósmica que la poseía, Jean regresaría a los X-Men y la historia seguiría adelante.
Jim Shooter, el aquel entonces todopoderoso redactor jefe de Marvel, no aprobó esta versión, al considerar que un ser que había asesinado a un planeta entero no podía ser redimido tan fácilmente y debía pagar por sus terribles crímenes. Llegó a incluso a decir que sería como si se le hubiese quitado a Hitler su ejército y se le hubiese permitido volver a gobernar en Alemania.
Claremont, sin embargo, creía que los X-Men nunca dejarían a su compañera pudrirse en una cárcel en el espacio y que harían todo lo posible por liberarla, especialmente después de que se había demostrado que (en aquella época) Jean y el Fénix eran dos entidades separadas.
El escritor replicó a Shooter que la única forma de seguir adelante era matando al personaje, pensando que el editor no aceptaría esa opción. Evidentemente, estaba equivocado. La portada del famoso número contenía un mensaje bien claro: “¡Fénix debe morir!” El cómic se convirtió en un clásico instantáneo.
Cuatro años después, Marvel publicó el final original que ya tenían escrito y dibujado Claremont y Byrne, aprobado en aquel momento por su editora Louise Simonson. En Phoenix: The Untold Story vol. 1 # 1 (1984) se incluyeron también diversos testimonios de todos los involucrados en la historia, explicando cómo y por qué se tomó la decisión de matar a Jean en aquel momento.
La versión que nunca se publicó oficialmente no contemplaba la muerte de Jean, ya que Lilandra conseguía evitar su suicidio al dispararla con un potente rayo energético y la pelirroja era trasladada a bordo del Crucero Imperial, donde permanecía en éxtasis hasta que los técnicos shi´ar la practicaban una cirugía que la despojaba de sus poderes psíquicos.
Tras la lobotomía que hacía extinguirse sus poderes mentales, una indefensa Jean se derrumbaba en los brazos de Cíclope, que se llevaba a su prometida de vuelta a la Tierra para dedicarse a ella en cuerpo y alma, abandonando ambos así las filas de los X-Men.
John Byrne tampoco aceptó nunca la muerte de Jean Grey y durante muchos años no dejó de repetir en cada entrevista que le hacían decía que sabía cómo traer de vuelta a la pelirroja. Por aquel entonces, Marvel estaba a punto de lanzar una nueva colección mutante, X-Factor, que pretendía recuperar a todos los miembros del quinteto original, a excepción de Jean Grey, que iba a ser sustituida nada más y nada menos que por Dazzler.
A pesar de que todo el mundo culpa a Byrne del regreso de Jean Grey, en realidad la idea fue sugerida a Roger Stern por el también escritor Kurt Busiek. En Avengers vol. 1 #263 (1986), guionizado por Stern y dibujado por el gran Sal Buscema, los Vengadores encontraban un misterioso capullo en el fondo de la Bahía de Jamaica. El impactante final del número revelaba que lo que se encontraba dentro del capullo no era sino el cuerpo de Jean, que murmuraba el nombre de su amado Scott.
Byrne, sabiendo que Claremont iba a aborrecer la idea (los dos no acabaron precisamente bien) propuso la colección de los 4 Fantásticos (que guionizaba y dibujaba en aquel momento) para ofrecer la solución que la editorial necesitaba para reunir al quinteto original, esta vez al completo.
Para sorpresa de (casi) todos, en Fantastic Four vol. 1 #286 (1986), casi seis años después de la muerte de Fénix, Jean Grey volvía a la vida. La Fuerza Fénix la había sustituido y la había dejado en animación suspendida durante todo este tiempo.
La “resurrección” de Jean implicó que todo su desarrollo como personaje quedara en nada. Al no haber sido ella realmente Fénix, no había tenido que combatir consigo misma, ni había sucumbido a su lado oscuro, ni, por tanto, se había suicidado para redimirse. ¿Necesitaba realmente el Universo Marvel (y los fans) a esta Jean Grey?
Por su parte, Claremont había intentado superar el “trauma” creando a dos pelirrojas que darían mucho juego en los años venideros. Por un lado, Madelyne Pryor, un clon de Jean Grey que acabó casándose con Scott Summers y convirtiéndose en la madre de Nathan Summers, que posteriormente sería conocido como Cable.
Madelyne fue un personaje controvertido que hizo pensar a los lectores que se trababa del Fénix reencarnado, cuando en realidad era un clon de Mister Siniestro que recibió una chispa del inmenso poder de la Fuerza Fénix, lo que le otorgó muchos de los recuerdos de Jean y una parte de su conciencia.
Cuando el personaje se convirtió en la Reina Duende debido a las manipulaciones demoníacas durante el evento Inferno (1988-1989), se enfrentó a la verdadera Jean y cuando Madelyne murió, aquella recuperó la parte de su alma que la Fuerza Fénix había insuflado en su clon. Culebrón mutante en estado puro en un intento de Claremont y su compañera y amiga Louise Simonson de arreglar un desaguisado que pedía a gritos una solución.
Por otro lado, Rachel Summers, hija de Jean y Scott procedente de un futuro alternativo, acabaría convirtiéndose en la nueva encarnación del Fénix, uniéndose primero a los X-Men para posteriormente convertirse en uno de los miembros fundadores del grupo inglés Excalibur.
Tan pronto como regresó, Jean retomó su relación con Scott Summers, que en aquel momento aún estaba casado con Madelyne Pryor, aunque hay que ser justos y y decir que en aquel momento parecía haber muerto en un trágico accidente de avión junto con el hijo de ambos.
Esto no evitó un gran dilema moral para el líder de X-Factor, así como para los aficionados, que no vieron con buenos ojos que a la primera de cambio un héroe como Scott cayera en los brazos de su antiguo amor a pesar del dolor por la muerte de su familia. Muchos aún no se lo han perdonado.
La resucitada Jean tardó tiempo en encontrar nuevamente su lugar dentro del gran tapiz mutante y del Universo Marvel en general. Tras la muerte de Maddy, su posición como superheroína salió en cierta forma reforzado y los fans que habían renegado del regreso del personaje tuvieron que aceptar que, les gustara o no, Jean Grey había regresado para quedarse… por un tiempo.
Durante la aclamada etapa de Grant Morrison al frente de los mutantes, se reveló que Jean y la Fuerza Fénix eran en el fondo una entidad única destinada a estar unida irremediablemente.
Jean Grey era, en cierta forma, lo más cercano al avatar terrenal perfecto, el hogar donde la Fuerza Fénix podía vivir y ser contenida, otorgándole a cambio a Jean un poderoso vínculo psíquico con todos los seres vivientes del universo.
Atrapados por Magneto en el Asteroide M y a punto de estrellarse contra el sol, Wolverine se vio obligado a asesinar con sus garras a Jean para evitarle el sufrimiento de tan terrible muerte. En cambio, lo único que hizo fue despertar la Fuerza Fénix dentro de ella. Desatada, el Fénix derrotó a Magneto (que en el fondo no era él) y salvó el mundo, pero acabó falleciendo en los brazos de Scott, su marido.
Esta segunda muerte, ocurrida en New X-Men vol. 1 #150 (2004) se mantendría durante mucho más tiempo, aproximadamente 13 años, cuando Jean volvió nuevamente al mundo de los vivos en la miniserie Phoenix Resurrection (2017).
En la miniserie Phoenix Endsong (2005), obra de Greg Pak y Greg Land, la Fuerza Fénix volvía a la vida y regresaba a la Tierra para reunirse con su anfitriona favorita… sólo para descubrir que Jean Grey estaba muerta y enterrada. Tras “resucitar” su cuerpo, el inmenso poder de Fénix acabó nuevamente corrompido por el lado oscuro sin la conciencia de Jean para servirle de guía moral y Cíclope, convertido en director de la escuela y patriarca mutante, tuvo que enfrentarse junto a su amante Emma Frost a su antiguo amor para salvar nuevamente al universo.
En esa aventura volvió a quedar claro que Jean y Fénix no son dos entidades separadas, sino un único ser simbiótico con dos partes que se necesitan mutuamente. Emma Frost canalizó telepáticamente el amor que los amigos y compañeros de Jean sienten por ella y así la parte humana consiguió tomar el control absoluto de Fénix y volver de regreso a la Sala Blanca.
Tiempo después, bajo la batuta de Brian Michael Bendis al frente de la franquicia mutante, una joven Jean Grey de su primera época del Instituto Xavier se vio desplazada temporalmente con el resto de sus compañeros de los X-Men hasta nuestro tiempo.
La Fuerza Fénix acabó manifestándose para reclamar como su anfitrión a esta encarnación más joven de Jean Grey, pero ella se negó a repetir el destino que le esperaba (y que había experimentado a través de sus visiones psíquicas) y la entidad cósmica decidió entonces resucitar a la única y verdadera Jean.
La Fuerza Fénix había mantenido a la “Jean mayor” en una realidad de bolsillo imaginaria que simulaba el antiguo vecindario de la pelirroja, rodeada de sus amigos y sus seres más queridos, mientras intentaba convencerla para que aceptara ser nuevamente su anfitrión.
Finalmente, Jean consiguió recuperar todos sus recuerdos y le dijo al Fénix que renunciaba para siempre a ser su avatar. Sorprendentemente, la fuerza Fénix aceptó la decisión de Jean y se fue rápidamente, liberándola por fin de su vínculo con ella, pero también alejándola del poder absoluto y de vivir una vida perfecta.
Tras su resurrección, Jean pasó a liderar su propio equipo de mutantes en las páginas de X-Men Red, pero poco después se reunió con sus antiguos colegas y amigos, entre ellos un también (nuevamente) resucitado Scott Summers. Lo que les depare el futuro es, por ahora, un misterio.
Bonus Track
X-Men: Dark Phoenix (2019), dirigida por Simon Kinberg, promete ser un épico punto y final de toda la franquicia, ya que la propiedad de los personajes ha regresado por fin a Disney-Marvel.
Sophie Turner, la Sansa Stark de Game of Thrones, encarna a una desbocada Jean Grey que se ve convertida en una peligrosa amenaza para sus compañeros… y para el universo entero.
No es la primera vez que Fénix Oscura aparece en la franquicia de los mutantes de Fox. X-Men 3: The Last Stand (2006) trató de manera bastante torpe la posesión y posterior corrupción de Jean Grey (una siempre estupenda Famke Janssen) por la poderosa entidad cósmica.
Sin embargo, todo se redujo a un nivel bastante terrenal (nada de planetas alienígenas destrozados ni batallas a nivel interestelar), como si de una simple personalidad malvada se tratase.
La recordada serie animada de los X-Men de los años 90 plasmó de manera increíblemente fiel la historia de los cómics. La transformación de Jean Grey en Fénix es casi calcada a la que podemos encontrar en las viñetas.
Tanto los críticos como los aficionados consideran estos episodios como algunos de los mejores de toda la serie, debido a su elaborado desarrollo, tanto del conflicto como de los personajes, reflejando perfectamente el doloroso dilema interno de Jean Grey.
El arco más ambicioso de toda la serie acabó con una conclusión épica y espectacular en la que, al contrario que en el cómic, Jean Grey sobrevivía tras ser separada de la entidad.
La serie anime de los X-Men también contó con su propia versión del personaje.
Por último, la serie web para YouTube Marvel TLDR, que mediante animación y humor cuenta de forma breve las historias más emblemáticas de la editorial, presentó su propia versión de la Saga de Fénix Oscura.
¡De todas las fuerzas cósmicas del Universo Marvel, ninguna es más aterradora que Fénix Oscura!
Excelsior!
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Fuente: successacademy.edu.vn
Categorías: Cómics